Uno de los gastos a los que todos debemos enfrentarnos cada mes es la factura de la luz. Cuando nos llega la factura pensamos: “realmente, ya no sé cómo ahorrar más”. Procuramos apagar luces, no malgastar energía y somos cuidadosos con el objetivo de pagar lo menos posible sin perder confortabilidad. Y, aun así, este gasto no termina de reducirse todo lo que nos gustaría.
Es cierto que las tarifas han ido en aumento, y que en los últimos años ha sido de forma realmente abusiva, sin embargo sí se pueden poner en marcha una serie de hábitos para conseguir ahorrar en la factura de la luz, especialmente tras los últimos cambios.
Ajusta la potencia. La factura de la electricidad tiene un término fijo de potencia, que es mayor o menor en función de la que se tenga contratada. Es posible ahorrar en esta partida si hacemos un estudio de la potencia que realmente necesitamos. Este ahorro es continuo, es decir, se mantiene en el tiempo, ya que la partida será siempre la misma.
Para calcularlo, es necesario saber que la potencia debe ser la suma de todas las potencias máximas de los electrodomésticos que se utilizan a la vez. De manera que si ponemos a funcionar varios aparatos a la vez y superan esta potencia, el suministro se interrumpirá a través del limitador (IPC) o contador electrónico. Hay que tener en cuenta que existen electrodomésticos que no se pueden desconectar, como el frigorífico. Por ello, lo más recomendable es que se pueda alternar el uso de la lavadora, el lavavajillas o el horno. Si el agua caliente va por gas, y teniendo en cuenta lo expuesto en el tema de los electrodomésticos, una casa podría funcionar perfectamente con una potencia de 3,45 kW (teniendo en cuenta que un escalón más, es decir, 1,15 kW, supone un aumento de 5 euros más de media en la factura).
Elige una tarifa conveniente, que se adapte a las circunstancias de cada uno. A la hora de contratar el suministro se puede elegir entre las siguientes opciones:
- Precio libre: en este caso el consumidor y la empresa acuerdan el precio y las condiciones del contrato.
- Precio voluntario para el pequeño consumidor (PVPC): esta es la antigua TUR (tarifa de último recurso). Esta tarifa se aplica a las Empresas Comercializadoras de Referencia o consumidores con una potencia contratada de hasta 10 kW. Sin embargo, hoy en día, la energía eléctrica toma un precio cada hora, y se fija en función de la cotización en el mercado mayorista, que varía en función de la oferta y la demanda. En la web de Red Eléctrica de España se pueden consultar los precios por horario. Se puede ahorrar si realizamos el mayor consumo en los tramos más baratos. Dentro del PVPC existen diferentes tarifas con y sin restricción horaria:
- Precio fijo anual: bajo esta modalidad solo es posible tener un precio unitario fijo de la energía eléctrica. Una vez contratado, han de mantenerle ese precio durante un año. Antes de optar por esta modalidad, te recomendamos asegurarte de que no te resulta más barato acogerte al PVPC.
- Tarifa de último recurso para consumidores vulnerables – Bono social (disponible sólo en algunas Comunidades Autónomas, como por ejemplo, Madrid): esta modalidad permite a los consumidores acogidos al PVPC tener una reducción del 25% con respecto a dicho precio. Solo se puede aplicar a la vivienda habitual, y se aplica de forma directa a los que ya disfrutaban de la antigua Tarifa Social (potencia inferior a 3 kW). También pueden acogerse a ella pensionistas con pensión mínima, familias numerosas y aquellas con todos los miembros en el paro.
Discriminación horaria. Para poder acceder a las modalidades de discriminación horaria es preciso contar con un dispositivo de control de potencia, y para que resulte rentable se deben ajustar las pautas de consumo en las horas llamadas “valle”. Dentro de la discriminación horaria encontramos:
- De dos periodos. Son 14 horas valle en las que es más barato. Se concentra entre las 22 y las 12 horas en invierno, y de 23 a 13 horas en verano. En estas horas debe concentrarse el mayor consumo eléctrico.
- De tres periodos: esta tarifa es menos utilizada. En ella, el horario en punta (el más caro) es el mismo que en la anterior y, en cambio, en el horario de valle la mitad del horario se bonifica y el resto se penaliza sobre el valle anterior.
Calefacción. El aislamiento es imprescindible para que la calefacción sea eficiente. Partiendo de esta premisa, los acumuladores son una buena opción para ahorrar, contratando discriminación horaria de 2 períodos, de manera que se reparta el consumo entre las 14 horas de tarifa reducida, en tramos de 7 horas.
Uso eficiente de los electrodomésticos. La lavadora y lavavajillas deben utilizarse siempre en programas de baja temperatura y siempre con la carga llena. En el caso de la vitrocerámica puede aprovecharse el calor residual, apagando el fuego antes, para terminar de cocinar un alimento. Además, el frigorífico y el congelador deben tener la temperatura controlada y mantener las puertas cerradas. Muchas familias tienen la costumbre de abrir y cerrar muchas veces estos dos electrodomésticos, o bien dejar demasiado tiempo la puerta abierta. Evita estas situaciones para ahorrar luz.
Nota: Si eres una empresa, negocio, administrador, comunidad o institución y necesitas más asesoramiento o ayuda para optimizar tus consumos y gastos energéticos, no dudes en contactarnos en nuestro correo info@momentumsl.com
Fuente: Expansión