Europa ha roto el techo de los 100 gigavatios de energía solar, mientras España se descuelga del carro de la fotovoltaica y sigue bajando enteros. «El viejo continente es la primera región en el mundo que alcanza esa cifra», recalca James Watson, director ejecutivo de SolarPower Europe. «Ninguna otra tecnología ha crecido tan rápido. Europa ha marcado el camino, pero Asia viene pisando muy fuerte y recogerá pronto el testigo». El nuevo récord de la solar equivale a la potencia de 100 centrales nucleares como la de Trillo, la más potente de España.
El viejo continente contaba en 2008 con apenas 5 gigavatios de energía solar. España se salió literalmente del mapa ese año y rondó el 40% de la potencia instalada en Europa, hasta llegar a codearse con el entonces campeón del mundo Alemania (superada el año pasado por China).
Ocho años después, la contribución total de nuestro país se queda en el 5%. De segunda potencia europea hemos pasado a ser quintos, superados (por este orden) por Italia, Reino Unido y Francia. La potencia instalada en las islas británicas, gracias en gran parte al know how español, supera ya los 10 gigavatios y prácticamente duplica los 5,4 de nuestro país, casi inalterables desde la arrancó la marcha atrás de las renovables.
«España sigue teniendo una grandísimo potencial y nos llegan noticias de una reactivación comercial del sector», asegura James Watson, que hoy encabezará en Bruselas la celebración del hito europeo. «Pero todo depende de la inestabilidad política… Esperamos que España se vuelva a subir al carro de la solar y contribuya a alcanzar la meta de los 200 gigavatios en un tiempo récord, posiblemente en el 2022».
A la energía fotovoltaica, que contribuye al 5% de la tarta energética europea, le quedas sin embargo aún un largo camino para alcanzar a la eólica, que supone en torno al 11%. Watson prevé que el sorpasso se producirá en el 2030 con una política favorable. «Creo firmemente que el 2040, la energía solar será la principal fuente global de energía», sostiene el director ejecutivo del SolarPower, que no oculta los bandazos que ha sufrido el sector en varios países europeos.
En los dos últimos años, el crecimiento europeo ha sido posible gracias sobre todo al tirón del Reino Unido. El país de la nubosidad invariable tocará previsiblemente techo este años, tras el recorte a los subsidios, pero por detrás viene Francia apretando el acelerador con la meta de 20 gigavatios en el 2022, triplicando su potencia actual.
Italia se ha recuperado tras el mazazo de la crisis y contribuye a cerca del 20% de la tarta solar europea, por detrás de Alemania, que sigue representando el 40%. Portugal, que el abril pasado logró el milagro de cuatro días consecutivos funcionando con renovables, se ha propuesto multiplicar por cuatro su potencia actual y llegar a los 2 gigavatios, mientras que las nueva ley de renovables en Grecia se ha fijado la meta de 2,6 gigavatios.
En España, entre tanto, seguimos sumidos «en la parálisis decretada hace tres años por un Gobierno que se ha plegado a las exigencia del oligopolio fósil y nuclear», según denuncia Rodrigo Irurzun, portavoz de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético. «El parón ha sido tal que hará que sea muy difícil que cumplamos los objetivos de la UE para el 2020 en la lucha contra el cambio climático», asegura.
Irurzun califica de «indignante» la situación de España en el contexto europeo. «Desde la Plataforma, que nació hace ya cuatro años como iniciativa ciudadana, celebramos el avance de la fotovoltaica a nivel mundial y en Europa. Las señales de que el modelo está cambiando son claras, pues gran parte de la nueva potencia instalada en muchos países lo es en modo de auto-consumo. Estamos convencidos de que la situación de España será temporal: es urgente un cambio en la política energética para establecer un marco normativo claro y para permitir el desarrollo de la fotovoltaica y de las energía limpias, frente a un modelo contaminante, peligroso, opaco y obsoleto», sentencia Irurzun.
Fuente: El Mundo